El impago del seguro de alquiler puede generar situaciones complejas tanto para el arrendador como para el inquilino. Este seguro, diseñado para proteger al propietario frente a posibles impagos de renta y daños en la vivienda, requiere el pago puntual de la prima para que las coberturas estén activas.
En este artículo veremos qué significa el impago de este seguro, cuáles son sus consecuencias legales y contractuales, cómo proceder en caso de no poder pagar y qué medidas preventivas pueden adoptarse.
¿Qué es el seguro de alquiler y cómo funciona?
El seguro de alquiler es una póliza que cubre al propietario frente a riesgos como el impago de rentas, desperfectos en el inmueble, asistencia jurídica e incluso actos vandálicos por parte del inquilino.
Generalmente, la contratación corre a cargo del arrendador, aunque en algunos casos el coste se repercute parcial o totalmente al inquilino.
Para que las coberturas estén vigentes, es imprescindible que el tomador de la póliza pague puntualmente la prima acordada con la compañía aseguradora.
¿Qué se considera impago del seguro de alquiler?
Se produce impago del seguro de alquiler cuando el tomador (propietario o inquilino, según el caso) no abona en plazo la prima estipulada en el contrato con la aseguradora.
El artículo 15 de la Ley de Contrato de Seguro establece que:
- Si no se paga la primera prima, la aseguradora no queda obligada y puede resolver el contrato.
- Si se trata de una prima de renovación, la cobertura se suspende un mes después del vencimiento si no se ha pagado.
Consecuencias del impago
Las consecuencias pueden variar según el momento y las condiciones pactadas en la póliza:
- Suspensión de coberturas: la aseguradora no responderá ante siniestros ocurridos mientras esté suspendida la póliza.
- Resolución del contrato: si el impago se prolonga más de seis meses, la compañía puede cancelar definitivamente la póliza.
- Pérdida de protección frente a impagos del inquilino: si el arrendador deja de pagar, no tendrá respaldo para reclamar rentas o daños a través del seguro.
- Reclamación de la prima pendiente: la aseguradora puede exigir el pago de la deuda incluso si ya ha cancelado la póliza.
Qué hacer si no puedes pagar el seguro de alquiler
Si prevés que no podrás afrontar el pago, conviene actuar rápidamente:
- Contactar con la aseguradora para explicar la situación y negociar un fraccionamiento o aplazamiento.
- Revisar la póliza para conocer los plazos exactos de suspensión y cancelación.
- Evitar quedarse sin cobertura si el inquilino todavía ocupa la vivienda, ya que el riesgo de impago sigue presente.
En algunos casos, cambiar a un seguro con coberturas más básicas y prima más baja puede ser una solución temporal.
Medidas preventivas
- Contratar un seguro de alquiler con una prima adaptada a tu capacidad de pago.
- Valorar incluir el coste del seguro en el precio del alquiler para que el inquilino lo asuma indirectamente.
- Revisar periódicamente la póliza y ajustar coberturas para evitar pagar por servicios innecesarios.
Ejemplo práctico
Un propietario con un seguro de alquiler anual no abona la prima de renovación en enero. Según la póliza, la cobertura se suspende automáticamente el 1 de febrero. En marzo, su inquilino deja de pagar el alquiler. Al intentar reclamar, descubre que la aseguradora no cubre el impago porque la póliza estaba suspendida.
Preguntas frecuentes
¿Puedo recuperar la cobertura si pago después del vencimiento?
Sí, si el pago se realiza dentro del mes siguiente al vencimiento y la póliza no ha sido cancelada.
¿Qué pasa si no pago y luego ocurre un impago de alquiler?
La aseguradora no cubrirá el siniestro y deberás reclamar judicialmente al inquilino por tu cuenta.
¿Puedo cambiar de aseguradora si tengo deudas con la actual?
En principio, deberás liquidar la deuda antes de contratar una nueva póliza, ya que la aseguradora puede incluirte en ficheros de morosidad.
En definitiva, el impago del seguro de alquiler puede dejar al propietario desprotegido frente a los riesgos más habituales en un contrato de arrendamiento. Conocer las consecuencias y actuar con rapidez ante dificultades de pago es clave para mantener la cobertura y evitar problemas mayores.
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