Como titular de una marca y un nombre comercial, tienes la responsabilidad de utilizar tu marca de manera adecuada.

Si no es utilizada durante cinco años después de su concesión pública, o si deja de ser utilizada por el mismo período después de haber sido utilizada, los tribunales tienen la facultad de declarar su caducidad como resultado de una demanda presentada por terceros.

Además, es importante renovar y mantener tus registros vigentes para garantizar la protección continua.

La marca es un signo distintivo que identifica productos o servicios de una empresa en el mercado y se registra en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).

El nombre comercial es el nombre bajo el cual una empresa opera y realiza sus actividades comerciales.

La razón social, por otro lado, se refiere al nombre legal de una entidad o empresa y, al igual que el nombre comercial, se registra ante el Registro Comercial.

Aunque pueden compartir similitudes, cada uno tiene su propio propósito y se utiliza en diferentes contextos legales y comerciales.

Una oposición es un proceso legal en el cual un tercero puede impugnar el registro de una marca.

Ocurre cuando alguien considera que la marca solicitada es similar o puede generar confusión con su propia marca registrada previamente.

El titular de la marca tiene la oportunidad de responder y argumentar su posición ante la oposición.

El costo de registrar una marca puede variar dependiendo de si incluyes un logotipo o registras solo el nombre.

Por lo general, las oficinas de marcas cobran tarifas adicionales por la protección de elementos gráficos como logotipos.

Sí, tener la denominación social de tu empresa no garantiza la protección de tu marca.

Es importante registrar tu marca por separado para asegurarte de que esté protegida legalmente y para evitar conflictos o infracciones con marcas similares de terceros.