El contrato de franquicia es un contrato atípico en el que un franquiciador (empresa propietaria) cede a un franquiciado (encargado de gestionar el negocio) el derecho de explotar un negocio.
Es decir, la empresa franquiciadora cede al franquiciado el uso de su sistema de comercialización, también el uso de signos distintivos como logos, rótulos, asistencia técnica o diseño publicitario, entre otros elementos de la empresa. Además, la empresa también se compromete a capacitar y formar al franquiciado en el manejo, gestión y funcionamiento de la franquicia o marca: medios, técnicas, operativas, procesos productivos, etc.
A cambio, el franquiciado debe pagar a la empresa una cuota llamada ‘canon’. Esta puede ser de diversos tipos, desde pago por publicidad hasta un canon mensual por uso de los signos distintivos de la marca.
Es un contrato oneroso, en el que las partes ofrecen una contraprestación a la otra. Es decir, el franquiciador ofrece medios técnicos, apoyo y cesión de derechos de imagen a cambio de un pago o tributo mensual.
¿Qué debe incluir un contrato de franquicia?
El modelo de contrato de franquicia debe incluir una serie de cláusulas que ambas partes deben respetar. Estas son:
Know How
Es el equivalente a la metodología de trabajo y la operativa del negocio. Debe guiar al franquiciado en cómo debe dirigir la franquicia y hacer que funcione la marca. Por ello, el ‘Know How’ del contrato de franquicia debe incluir:
- La apertura del negocio.
- Formación antes de la puesta en marcha de la franquicia.
- Proyectos de decoración y acondicionamiento del local.
- Asesoramiento.
- Manejo de ingresos y desarrollo de campañas de marketing que impulsen a franquiciados.
Local
El modelo de contrato de franquicia debe incluir cláusulas relacionadas con el uso y mantenimiento del establecimiento.
Como por ejemplo: alteración que se realice en la superficie de venta o servicio, debe ser notificado previamente a la empresa franquiciadora. Si el franquiciador da luz verde a las reformas, el franquiciado se encargará del proyecto, se responsabilizará por la contratación de empleados y de cualquier consecuencia que se pueda derivar de las obras.
El franquiciado también deberá obtener todas las licencias pertinentes para el desarrollo de la actividad, incluyendo la licencia de apertura; salvo que el contrato diga lo contrario.
Suministros
Usualmente, la mayoría de las franquicias cuentan con los mismos proveedores. Por ello, el contrato de franquicia suele establecer con claridad la procedencia de los suministros, negando la posibilidad de adquirir las mercancías a otros proveedores o a potenciales competidores.
Canon inicial y los periódicos
El contrato de franquicia también debe estipular el precio que debe pagar el franquiciado por la explotación del negocio. Hay varios tipos de canon:
- Inversión inicial: desembolso que hay que hacer por utilizar el nombre de la empresa y sus signos distintivos.
- Canon mensual: un pago mensual que consiste en el porcentaje sobre los ingresos mensuales de la franquicia.
- Canon publicitario: otro pago mensual que es para contribuir al marketing y promoción del negocio.
No todos estos cánones son obligatorios, cada franquicia impone los suyos propios. Eso sí, deben quedar reflejados en el contrato.
Prohibición de uso de signos diferentes
Un modelo de contrato de franquicia debe incluir la prohibición expresa de utilizar cualquier signo distintivo distinto al de la empresa franquiciadora, sino es con expreso consentimiento de ésta.
Esto incluye logotipos, iconos, eslóganes o cualquier otro signo distintivo, sea cual sea su medio de reproducción. Es decir, cualquier signo que no corresponda a la propiedad industrial de la marca.
Duración del contrato
El contrato de franquicia debe estipular la duración de la concesión, y si el contrato puede ser prorrogable. Normalmente, las franquicias se otorgan por un plazo de tiempo entre 3 y 10 años, aunque depende de cada una.
El contrato también debe informar de los cauces que se deben seguir para comunicar la intención de no prorrogar el contrato (por ejemplo, mediante burofax o carta certificada con acuse de recibo).
Confidencialidad
El contrato de franquicia también debe incluir una cláusula sobre confidencialidad y secreto profesional. Aquí, el franquiciado se compromete a no revelar a terceros ninguna información secreta relativa a los productos, servicios, documentación u operativa de la franquicia.
En algunos casos, los contratos de franquicias también pueden incluir la imposibilidad de abrir un establecimiento nuevo del mismo sector de actividad en el plazo de un año, aprovechándose del Know How recibido por parte de la compañía.
Exclusividad
El franquiciado debe aceptar que la empresa franquiciadora siga siendo la propietaria única y exclusiva de las propiedades industriales o patentes que se le ceden.
Asimismo, el contrato de franquicia debe reflejar que la concesión de los derechos sobre dichas propiedades se aplica únicamente en el establecimiento (o establecimientos) objeto del contrato.
Precios de venta
Generalmente, las franquicias imponen a sus gestores los precios de venta. Y, de hecho, en muchos contratos así se estipula.
Sin embargo, esta práctica resulta bastante polémica por no respetar la normativa sobre competitividad empresarial.
Por ello, el artículo 1.1 de la Ley de Defensa de la Competencia prohíbe la fijación directa o indirecta de precios u otras condiciones comerciales. Una normativa que también es refrendada por el Reglamento UE 330/2010. Por tanto, los franquiciados tienen una base legal sobre la que actuar en caso de que la empresa franquiciadora imponga unos precios.
Si existe una cláusula que impone los precios al franquiciado, esta podría ser declarada nula basándose en estas normativas. Si los precios se imponen de otra manera (por ejemplo, a través de una lista de precios o un catálogo de TPV no editable), el franquiciado podría denunciar estas prácticas del franquiciador.
Resolución de contrato
El modelo de contrato de una franquicia también debe incluir los supuestos en los que se puede proceder a la resolución o extinción del contrato.
El franquiciado puede resolver el contrato en los siguientes casos:
- Si la franquicia entra en proceso de suspensión de pagos, quiebra o concurso de acreedores.
- Si el franquiciador ha cesado su actividad.
- Otras causas estipuladas en el contrato.
Asimismo, el franquiciador puede resolver el contrato en estos supuestos:
- El franquiciado ha incumplido cualquiera de las cláusulas incluidas en el contrato.
- Incumplimiento por parte del franquiciado de las obligaciones sobre higiene, limpieza, mantenimiento u otras normas de funcionamiento interno.
- Si el franquiciado ha cesado en la actividad comercial.
- Si el franquiciado no puede obtener las autorizaciones pertinentes para la puesta en funcionamiento de la franquicia.
- Cuando el franquiciado no haya respetado la propiedad industrial de la marca.
- El franquiciado ha cedido o vendido una parte o la totalidad de la franquicia sin autorización ni conocimiento de la empresa franquiciadora.
- Si el franquiciado no respeta la prohibición de concurrencia, que incluye el pacto de plena dedicación y de permanencia.
- En caso de que el franquiciado no haga frente al pago de los cánones mensuales en los plazos establecidos por el contrato.
- Cuando el franquiciado no haya respetado las cláusulas relativas a la confidencialidad y haya revelado secretos profesionales a terceros.
- Otras causas que hayan sido fijadas en el contrato.
El franquiciador también podría incluir cláusulas compensatorias en caso de que la relación contractual se rompa por culpa del franquiciado. Por ejemplo, puede solicitar la cesión total de las instalaciones gestionadas por el franquiciado, el pago de los cánones pendientes o incluso una indemnización.
Cesión
En el contrato se establece que la cesión de la franquicia se realiza en favor del franquiciado y de ninguna otra persona física o jurídica. El franquiciado no puede ceder la gestión o vender su establecimiento a terceras personas, si no es con el consentimiento explícito del franquiciador.
Resolución de conflictos
Las franquicias son un modelo de negocio en el que se puede producir conflictos debido a tres causas principales:
- Las partes son empresarios independientes que pueden tener objetivos distintos.
- Los intereses de franquiciado y franquiciador no tienen porqué coincidir, sino que pueden ser complementarios.
- La relación contractual suele ser duradera en el tiempo, por lo que se puede ver afectada por diversos factores: modificaciones de la normativa, evolución del mercado, cambios de la política interna de la franquicia, etc.
Por ello, el contrato para una franquicia debe incluir una cláusula con los cauces designados para la resolución de conflictos. En este caso, se suele actuar de tres maneras:
- Conversaciones previas a la redacción del contrato, en las que se definan claramente los derechos y obligaciones de las partes ante posibles cambios.
- Mediante órganos de mediación, en cumplimiento de la Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles, desarrollada por el Real Decreto 980/2013.
- En caso de no llegar a ningún acuerdo, recurrir a la vía judicial.
Finalmente, todas estos términos y condiciones del contrato de franquicia se establecen con el fin de que el franquiciado pueda abrir un negocio de su red de franquicias, con el fin de desarrollar la actividad conforme a unas normas concretas.
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